Jungkook estaba sentado en una silla frente al oficial de policía luego de que los hombres de seguridad del hospital lo hubieran separado del doctor y hubieran llamado a una patrulla para que se lo llevaran a la estación.

Del otro lado estaban Yoora y Jung Hyun, quienes habían levantado cargos en contra del rubio por las ventanas rotas de su casa.

Él chico mantenía la mirada gacha y estaba esperando a que su madre llegase para que pudieran soltarlo.

Vio la cabellera rubia de Somin y se levantó de la silla, extendiéndole las muñecas al oficial para que le quitara las esposas, en cuanto su madre entró a la pequeña sala, ésta le dedicó una mirada de decepción mientras se dedicaba a firmar unos papeles.

Ambos salieron de allí en silencio y las lágrimas quemaban en el ojos de
Jungkook.

-Se lo llevaron, mami.- El chico sollozó. -Tenemos que hacer algo para sacarlo de allí, no podemos dejarlo allí solo.-